Fecha: 30 de noviembre de 2009 12:37
Mi nombre es Laura Carlsen. Yo soy la persona que sufri las agresiones en el Hotel Marriott.
No soy venezolana y no soy periodista de Al Jazeera. Esta agencia internacional me pidió una entrevista para dar de conocer mi opinión sobre las elecciones en Honduras. Soy ciudadana estadounidense, residente de México. Trabajo de analista política, directora del Programa de las Américas, del Center for International Policy, organización no gubernamental que tiene su sede en Washington, DC. Sólo por decir que yo pienso que las elecciones no resuelven la crisis política en Honduras, y que una parte importante de la población no reconoce la validez de elecciones llevadas a cabo antes de restaurar el orden constitucional y que muchos paises han dicho que no reconocen estas elecciones, se me echaron encima unas personas, entre ellos "observadores nacionales" e internacionales, gritandome "mentirosa", "fuera del país", etc. Empezamos a discutir pero este grupo de personas me interrumpían, me empujaron, gritando insultos, diciendo que yo no tenía derecho de opinar--todo esto está grabado.
Después de un tiempo empecé a sentir que estaba en serio peligro mi seguridad personal y traté de salir. La seguridad del Tribunal Supremo Electoral me escoltó hacia afuera, mientras los insultos y gritos continuaban. Fueron muy agresivos, cuando empezaron a gritar "democracia" les decia que todos estamos de acuerdo con la democracia y esto incluye el derecho de tener opiniones distintas.
Llegando a la planta baja, la gente allá también me gritaba insultos y logré salir. Ahora temo por mi seguridad, debido a la actitud de intolerancia y por el alto nivel de hostigamiento de las personas que me agredieron, así como por las mentiras que están saliendo en los distintos medios de comunicación. Parece que varios medios hondureños sacaron la incidente y después entrevistaron a varias personas incluyendo el ex-presidente de El Salvador Calderón Sol, sin que nadie me preguntara mi nombre ni mi versión de los hechos y sin derecho de réplica.
Pregunto, ¿cómo es posible que observadores supuestamente imparciales pueden reaccionar con tanta agresión a una opinión distinta a la suya? Si esta intolerancia y agresión es señal de lo que viene, pienso que más que reconciliación, este proceso lleva a una peligrosa polarización, marcada por la represión de todos y todas que no están de acuerdo con el guión de borrón y cuenta nuevo después del golpe de estado del 28 de junio.
Gracias por estar pendientes de mi situación que realmente es preocupante.
Laura Carlsen
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